Es probable que si entras en un rascacielos al mirar las secuencias del ascensor, te darás cuenta de que los ascensores van del doce al catorce, sin mención de cómo llegar a la planta decimotercera. Si dejas el ascensor y tratas de tomar las escaleras hasta el piso trece te resultará igualmente imposible.
Pero si hay un 12 º piso y un piso 14 tiene que haber un piso trece, ¿no? Muchos desarrolladores e ingenieros se les dice que deben dejar de lado este número ya que se lo considera de mala suerte. Parte de esto es superstición, y también forma parte del pragmatismo. Algunas personas supersticiosas se niegan a bajar en ascensor o incluso dejarlo parado en el piso trece. Como resultado, esta superstición se interpone en el camino del progreso y la productividad.
¿La solución? Tomar el piso 13 y llamarlo de otra manera. Las
designaciones para el piso trece, han ido desde la letra M por ser la
número 13 a pasar del 12 A al piso 12B. El resultado final es a menudo
una sensación de alivio de los que sufren triscaidecafobia. La sola mención del número 13 les produce sensación de inquietud y en función de la gravedad de la enfermedad puede contrarrestar el pánico absoluto.
Y como resultado de estos números que faltan en la consola de ascensores, se han producido una serie de leyendas que
rodean los pisos también. Una leyenda urbana típica dice que una
persona nueva en un edificio de oficinas entró en el ascensor de camino a
la planta 20. Era tarde en la noche y pocas personas se encontraban
todavía en el edificio, así que cuando vio que alguien había pulsado ya
el número trece en el camino hasta él se sorprendió. Al llegar al piso
trece, sin embargo, notó que las puertas se abrieron con una escena
diferente a todo lo que había imaginado nunca. Aquí es donde la historia varía. Algunos relatos dicen que la escena es
de un edificio abandonado, otros sugieren una extraña criatura que se
ve en el piso trece, inevitablemente el hombre se detiene y las puertas
correderas se cierran, otros dicen que una mujer entra en contacto con
el piso decimotercero y entonces desaparece la mitad del ascensor.
Cuando el hombre le cometa a otra persona sobre el incidente, el hombre
dice: “Este edificio no tiene un piso trece. Se va del 12 al 14”. El
hombre vuelve más tarde al ascensor para confirmar que el tablero había
cambiado de alguna forma desde el incidente.
¿Y qué de los edificios que tienen un piso trece? Ya sea por la mala suerte o una profecía autocumplida que es mala suerte, los pisos tienen una mala reputación. Los suicidios, incendios y otros accidentes suelen ser tomados como nota extra cuando se producen en la planta decimotercera.
Fuente: http://curiosidadescuriosas.com/historias-curiosas/el-piso-13-2/
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