jueves, 21 de febrero de 2013

Los doppelgänger ¿el gemelo Fantasmal ?

En las leyendas nórdica y germánica, ver el propio Doppelgänger es un augurio de muerte. Un Doppelgänger visto por amigos o parientes de una persona puede a veces traer mala suerte, ser un mal augurio o una indicación de una enfermedad o un problema de salud inminentes. Según escribió el dramaturgo sueco Strindberg, El que ve a su doble es que va a morir.

Los Doppelgänger del folclore no proyectan sombra y no se reflejan en espejos ni en el agua. Se supone que dan consejo a la persona que imitan, pero este consejo puede ser engañoso o malicioso. En raras ocasiones, también pueden inculcar ideas en la mente de la víctima o aparecerse a amigos y parientes, creando confusión

 El caso de Emilie Sagge 
 

Ya definiendo el termino ahora vamos al tema en si, “El caso Emillie Sagge” un caso de doppelgänger que ocurrio en 1845 en Livonia, a cincuenta y ocho kilómetros de Riga en el continente Europeo.

Este es uno de los mas famosos casos, una profesora francesa que se hizo famosa por perder su empleo una y otra vez por aparecer en dos partes al mismo tiempo. Los sucesos más interesantes ocurrieron en los años 1845-1846, en un colegio interno aristocrático de señoritas, conocido por el nombre de “Pensionado de Neuwelcke”.

En el lugar, existía un colegio de señoritas nobles, cuyo director, el señor Buch, albergaba en su escuela 42 alumnas, entre las que podría destacarse a la segunda hija del barón de Güldenstubbé, que en esas fechas contaba con 13 años de edad.

Apenas esta maestra llegó al colegio se corrían rumores acerca de que la veían en dos partes del colegio al mismo tiempo, lo que siempre era interpretado como un error o una confusión. Pero en una clase, mientras la maestra escribía un texto en la pizarra, en presencia de trece de sus alumnas, de pronto las niñas vieron aterrorizadas a dos señoritas Sagée, exactamente iguales, paradas una al lado de la otra y haciendo los mismos gestos. Mientras la verdadera maestra tenía una tiza en la mano y escribía en el pizarrón, su doble no tenía nada en la mano y sólo imitaba los movimientos de escritura de la maestra original. Esto causó un gran impacto en el colegio.

Pero el suceso más terrorífico sucedió después. Un día se encontraban reunidas todas las alumnas, más de cuarenta, en una sala, ocupadas en un bordado. Era una sala con grandes ventanales que daban a un jardín. Mientras bordaban, custodiadas por otra profesora, veían por los ventanales a la señorita Sagée en el jardín recogiendo flores. En un momento, la profesora que las acompañaba salió de la sala, quedando su asiento vacío, pero a los pocos minutos las alumnas vieron sentada en el a la maestra Sagée. Miraron hacia el jardín, y vieron atónitas que la maestra seguía recogiendo flores, pero al parecer más agotada, como si estuviese fatigada, mientras su doble estaba sentado en silencio y sin movimientos.

Una de las alumnas se atrevió a acercarse al doble, y pudo atravesar una parte de su cuerpo, y al poco tiempo este doble desapareció lentamente. Esto causó una gran conmoción en el colegio, los padres retiraron a sus hijas y la maestra Sagée fue despedida.

Robert Dale Owen se encargó de poner por escrito el singular caso de Emilie Sagée. Él se enteró de esta anécdota por Julie von Güldenstubbe, una aristócrata letona. Von Güldenstubbe afirmaba haber visto en el año 1845-46, a la edad de 13 años, junto a un grupo de entre 13 y 42 niños, al doble de su maestra francesa de 32 años Sagée, dentro de su escuela en plena luz del día.



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