Si el hombre supiera el poder que encierra el pensamiento humano lo usaría de forma muy diferente. El conocido como mal de ojo, no es otra cosa que canalizar las energías negativas hacia otra persona. Es la forma mas elemental de brujería y cualquiera puede hacerlo incluso sin ser consciente.La envidia no tiene lógica, y menos aún cuando va acompañada de odio. A través de la mirada esta energía puede dañar a aquel al que se le desea el mal.
En España, el método tradicional para detectar el mal de ojo suele ser el de llenar una cazuela con agua, y que la persona que desea saber si tiene mal de ojo eche un chorrito de aceite de oliva. Si el aceite se queda suspendido en el centro de la olla sin pegarse a las paredes, la mersona es presa de este mal.
En santería, este tipo de mal se viene a identificar con los osogbos conocido como tillá tillá, y el Arayé. Es muy importante limpiarse para evitar este tipo de influencias. Pues si bien no es fácil encontrar a un persona con el suficiente poder para enviar el mal de ojo con efectos nefastos, si es muy común que todos los días de forma leve este tipo de mal nos acabe afectando. Para evitarlo es conveniente limpiarse con todo aquello que tiremos a la basura, y si nos sentimos especialmente “tocados” por este mal, limpiarnos con plátanos y dejarlos al pie de una palmera alta, pidiendo la protección de Changó.
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