martes, 3 de mayo de 2011

Historia urbanas

Historias Hurbanas De Venezuela

Los Teletubbies malvados


Esta historia me la contó un tío mío, la cual le sucedió a un amigo suyo. Hubo un tiempo en Venezuela que los Teletubbies eran el boom infantil, se veían sus capítulos mucho y, por supuesto, se vendían sus juguetes muchos. Pero al amigo de mi tío se le vendió uno raro, de hecho, tenía una colección de los 4 teletubbies. Pero una noche el niñocomenzó a gritar diciendo "Auxilio, ayúdenme", cuando los padres llegaron, lo único que vieron fue al niño con la sábana en el cuello, jadeando... y los cuatro teletubbies encima de la cama. El niño contó que los teletubbies se le abalanzaron y con su cobija intentaron ahorcarlo. Obviamente, la historia no fue creíble para los padres. Pero decidieron quedarse a vigilar al niño a escondidas y lo que vieron fue a los muñecos cobrando vida y lanzándose sobre el niño diciendole que se lo llevaría a su amo y demás cosas, entonces los padres salieron y los muñecos cayeron al suelo, como si nada hubiera pasado. El padre del niño decidió eliminar a ese demonio de una vez por todas y lanzaron los muñecos a una hoguera... Pero ahí no termina la historia. Cuando los lanzaron, oyeron un grito de ultratumba y un terrible olor a azufre. Creyendo que ya habían terminado con el demonio, fueron a dormir. Pero ahí no terminaba la pesadilla. El chico volvió a gritar, los padres fueron y no se encontraron con los muñecos, se encontraron con el demonio en persona, lo ahuyentaron con un rezo, pero hizo falta un exorcismo para sacar al demonio de esa casa. No se sabe si se metió en el muñeco de otro niño.


El Perro del Diablo
 Se dice que la inexistencia de la luz hacía mayor la aprción de fantasmas y demonios o almas en pena. Pero una de ellas dice que un hombre iba de regreso a casa de su madre. Venía de una fiesta como siempre, entonces, vió a un perro negro, mirándolo fijamente a los ojos. Se calmó y siguió caminando, pero se sobresaltó un poco cuando más adelante, el mismo perro lo miró directamente a los ojos, los ojos rojos sangre del perro penetraban en su mente como una daga atravesandó su pecho. Sudaba, su corazón latía hasta el punto de parecer qerer explotar. Pero peor fue su sorpresa cuando vió que el perro lo perseguía. Corrió y corrió con toda sus fuerzas, y cada vez que miraba para atrás, veía un perro cada vez más grande persiguiendolo, y entonces el perro se conviertió en un monstruo descomunal que lo perseguía a través de las calles. Botando llamaradas de fuego por la nariz y con un olor a azufre por todos lados. Llegó a la casa de su madre. Desesperado, buscó la llave, pero el susto no lo dejaba pensar, así que gritó con todas sus fuerzas y a golpear la puerta, su madre le abrió, y el entró llorando. Le contó a su madre lo sucedido y ella le contestó que ese perro era el perro del Diablo, que lo mejor era que rezara un Padre Nuestro y un Rosario. Creo que ese instante quedará en su mente durante toda su vida



El Duende de la Iglesia
Se dice que en los tiempos durante la falta de luz, había una iglesia caraqueña, en la que se cuenta, todos los fiesteros, parranderos y borrachos que pasaban por ella se encontraban con un hombre de baja estatura, el cual les pedía fuego para su tabaco. Entonces venía la persona y gustosamente le entregaba el fuego al hombrecillo, el cual le agradecía el favor y, cuando el caballero se retiraba el hombrecillo chupaba su tabaco y aumentaba de tamaño enfrente de la mirada atónita del caballero, entonces seguía chupando su tabaco hasta crecer tanto como el tamaño de la Iglesia y despúes se reía malvadamente mientras el pobre caballero salía corriendo despavorido por el susto.


La Sayona
Se dice que una vez hubo una mujer muy hermosa que atraía a muchos hombres y era la envidia de las mujeres. Bueno, esa mujer se enamoró locamente de un hombre, con el cual se casó y tuvo un hijo. Vivían muy felices en su rancho hasta que un día, una mala lengua, le contó que su marido la engañaba con su propia madre. Ella decayó en tristeza y un deseo grandísimo de venganza, por lo cual fue a ver a su marido que estaba en el rancho junto a su hijo. Y entonces al llegar ahí, no le importó la explicación de su esposo, ni siquiera la idea de que su propio hijo estuviera ahí, agarró y prendió el rancho en llamas. Cuando los vecinos llegaron, era demasiado tarde y encontraron los restos calcinados del padre y su hijo. Entonces la mujer fue a por su madre, la cual salió muy asustada por la mirada y las acusaciones falsas de su hija la cual le decía "Traidora, traidora" Y entonces tomo un machete y de tres machetazos en el pecho, asesinó a su madre, la cual en su lenta agonía le dijo "Yo nunca te engañé, pero tú has cometido el pecado más grave: Matar. Y por eso Yo te Maldigo, Sayona" Desde ese entonces la Sayona persigue a los hombres mujeriegos y fiesteros. un joven dice que a su amigo  dice que su  abuelo le apareció la Sayona una vez. Era una mujer hermosa, y mi abuelo se ofreció a llevarla en su carro a donde fuera, y ella le pidió que la llevara al cementerio. Cuando llegaron allá, la mujer se le abalanzó y lo tumbó encima de una lápida, y le mostró su cara espeluznante. Menos mal que mi abuelo tenía un crucificio en la mano y se lo mostró, entonces la Sayona gritó y desapareció en el aire

 

El Silbon:
Todos los pueblos y culturas tienen sus cuentos y leyendas de espanto. En Venezuela entre muchas, existen dos particularmente famosas, la leyenda de la Sayona y la del Silbón, de los cuales todos los venezolanos una u otra vez hemos oído hablar, despertando cuando niños nuestra imaginación infantil que en mas de una ocasión perturbo nuestros sueños.
El silbón es un alma en pena que recorre en la oscuridad los llanos venezolanos con un silbido que estremece al más valiente. Canto, que confunde al quien lo oye, pues cuando se escucha cerca es porque está lejos, y viceversa. La señal confirmatoria de que el espíritu ronda el vecindario es un característico ruido de huesos que chocan unos con otros. Se cree que los lleva en un saco, al hombro. Unos piensan que son los huesos de sus víctimas más recientes; otros, que pertenecen a su propio padre.


La leyenda del silbón cuenta que hubo una vez un joven que descubrió que algo extraño estaba pasando entre su padre y su esposa. Unos dicen que el viejo le pegó a la joven. Otros sostienen que la violó. El joven al increpar al padre sobre el asunto, éste le contesto que su esposa era una “regalada”, fue entonces cuando el joven estalló en furia , y se enfrascó en una pelea a muerte con su padre.


De los dos, el padre llevó la peor parte. El joven le asestó un fuerte golpe en la cabeza con un palo, que lo tumbó en el suelo, donde el hijo se le abalanzó y lo ahorcó.


El abuelo del joven, que escuchó de la pelea, fue en busca de la víctima, a todos los efectos, su hijo. El abuelo juró castigar al joven, su propia carne y sangre, por el horrendo crimen que había cometido. Poco tardó en encontrarlo. Entonces lo amarró y le propinó una andanada de latigazos con un "mandador de pescuezo", típico del llano. "Eso no se le hace a su padre...Maldito eres, pa´ toa´ la vida", le decía. Para completar la sanción, le frotó ají picante en las heridas y echó al perro para que lo persiguiera. Hasta el fin de los tiempos el perro lo persigue mordiendole los talones.


Hay otra versión sobre los orígenes de El Silbón, empieza con que El Silbón era un joven consentido, a quien un día se le antojó comer "asadura" de venado (el hígado, el corazón y el bofe del animal). Para complacerlo, su padre fue de cacería. Pero la jornada estuvo mala. E iba a ponerse peor. Como se tardaba, el joven salió a buscarlo. Cuando lo halló con las manos vacías, decidió matarlo y sacarle la "asadura".


El hijo entregó las entrañas a su madre para que se las cocinara. Como no se ablandaban, la señora sospechó y avisó al abuelo. El látigo, el ají y el perro entran a escena igualmente en esta historia. Son las armas con las que el llanero se defiende de El Silbón, pues huye de ellas como de la peste.


Se cree que le succiona el ombligo a los borrachos. Y que para con los mujeriegos, no tiene piedad: que cuando tropieza con uno, lo vuelve pedacitos y le saca los huesos. Otra tradición señala que El Silbón se presenta en las casas, de noche, a contar los huesos que lleva en el saco. Si nadie lo escucha, alguien de la familia muere al día siguiente.


Juan Machete
Considerada como una de las leyendas más conocidas de la Costa de la republica de Guatemala. Cuenta la vida del hombre que quería ser el más poderoso de la región, su nombre era Juan Francisco Ortiz, amo y señor de las tierras. Este señor hizo un pacto con el diablo en el cual le entregaba su mujer e hijos, a cambio de mucho dinero, ganado y más tierras.


El diablo le dijo a Juan que agarrara un sapo y una gallina, a los cuales debería coserle los ojos y enterrarlos vivos un Viernes Santo a las doce de la noche, en un lugar apartado, luego debería invocarlo de alma y corazón. Juan cumplió con lo encomendado.


Pasando varios días, el hombre se dio cuenta que los negocios prosperaban. Una madrugada se levantó temprano, y al ensillar su caballo divisó un imponente toro negro, con los cuatro cascos y los dos cachos blancos. Pasó este hecho desapercibido y se fue a trabajar como de costumbre .


En la tarde regresó de la faena y observó que el toro todavía se encontraba merodeando la casa. Pensó ¿será de algún vecino?. Al otro día lo despertó el alboroto causado por los animales, se imaginó que la causa podía ser el toro negro. Trató de sacarlo de su territorio, pero esto no fue posible porque ningún rejo aguanto. Cansado y preocupado con el extraño incidente se acostó, pero a las doce de la noche fue despertado por un imponente bramido. Al llegar al potrero se dió cuenta que miles de reces pastaban de un lado a otro. Su riqueza aumentó cada vez más.


Dice la leyenda que durante muchos años fue el hombre más rico de la región. Hasta que un día misteriosamente empezó a desaparecer el ganado y a disminuir su fortuna hasta quedar en la miseria. Se dice que Juan Machete después de cumplir su pacto con el diablo, arrepentido enterró todo la riqueza que le quedaba y desapareció en las entrañas del bosque. Cuenta la leyenda que en las tierras deambula un hombre miserable y arrepentido buscando la fortuna que alguna vez tuvo..........


 

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