También se cuenta el relato de EL CATIRE DE LA LAGUNA quien tenía la particularidad de poder salir del agua en determinada época del año y se adentraba en el pueblo en busca de provisiones y luego se perdía en las ruinas de una hacienda llamada La Laguna al noreste de Guatire, al principio se creyó era un ermitaño; por eso los lugareños lo miraban con extrañeza pero no se atrevían a interpelar a ese alto y fornido caminante, que con paso lento se acercaba a la pulpería y en silencio entregaba una lista de alimentos que nunca variaba pagando con monedas viejas y mohosas, pasó el tiempo y extrañados los habitantes miraron como aquel hombre no envejecía, no iba a misa y además en su lista nunca, pero nunca incluía sal.
Muchas veces los muchachos del pueblo habían intentado seguirle pero lo perdían en la entrada de La Laguna, mientras eran muchos los cazadores que se perdían velando en esa zona. Decidió el pueblo alarmado jugarle una pasada al encanto y en una de sus incursiones a la pulpería el pulpero metió en el saco de víveres además de los acostumbrados comestibles un paquete de sal y al momento que el encanto tomó el saco y sorprendido miró al pulpero con ojos de fuego, en carrera salió del pueblo sin que hasta ahora se sepa de él, lo cierto es que las desapariciones cesaron.
LOS ESPANTOS: Son de cualquier forma o tamaño, humanos o animales, casi siempre de aspecto repulsivo o apacible según sea el caso, su trabajo como su nombre lo dice es espantar pues defienden un espacio, donde no desean a intrusos, casi siempre son guardianes de entierros o están acorralados en un espacio y se ven perturbados, algunos son capaces de espantar en defensa de otros humanos. Generalmente los espantos no pueden hacer daño a los humanos por ello apelan al susto y a las alucinaciones terroristas, la luz eléctrica los espanta, así como la indiferencia pero en general nunca abandonan sus espacios la mejor forma de erradicarlos es descubrir porque están circunscriptos a un espacio y eliminar ese factor o situación.
En el pueblo de Guatire los espantos son frecuentes, los más conocidos son el Indiano de la Biblioteca reseñado por Angel Grisanti a principios de siglo y recientemente en el folleto “Relatos Sobre un Fantasma Guatireño” donde se resalta un espanto que tiene una tradición de mas de cien años, muchos usuarios y empleados han sido víctimas de este fantasma o fantasmas pues las manifestaciones del mismo son variadas lo cual ofrece una dificultad para su clasificación, sin embargo leamos algo de lo recopilado por Grisanti:
El Dr. Grisanti menciona que para principios de siglo habitaba en la calle Miranda al lado de la casa de los Betancourt un antropólogo guatireño. El Dr. Cruz hombre tenebroso que tenia por afición desenterrar y robar esqueletos del cementerio de los mandamientos y llevarlos a su casa donde los almacenaba en un osario en el sótano de la casa, lindante con la de Doña Virginia de Betancourt. De allí, que en el pueblo se tenia por cierto que a media noche una de esas almas perturbadas en su sueño se levantaba del osario, corría a través de la pared medianera, atravesaba la casa de Don Luis y llegaba a la agencia de licores donde trabajaba hasta tarde el Sr. Grisanti. El mencionado Grisanti se dio a la tarea de averiguar el por qué de tantos ruidos en las casas vecinas y los que él sentía allí, cuando se quedaba hasta tarde. Habló con las hermanas Bolívar antiguas habitantes de ese inmueble, donde anteriormente tenían una escuela. Las Bolívar le contaron que cerraron la escuela porque escuchaban muchos ruidos extraños y aseguraban que a veces cuando cenaban el fantasma les quitaba las cucharas de la mano y luego aparecían en los sitios más insólitos- que coincidencia ¿verdad? – y ellas salían despavoridas a la calle pidiendo auxilio. Este fantasma también aseguraron haberlo visto los celadores de la agencia de licores (lugar donde trabajaba Grisanti) “hombres bregados con cicatrices de heridas, de revolver y puñal en cinto” dos de estos vigilantes en días diferentes cayeron al suelo desmayados y afiebrados cuando el fantasma los sorprendió en el patio de la casa. Uno de ellos contó que al dirigirse al sanitario se encontró con un gigantón indiano y no hizo sino desmayarse como un tronco. Pero éste no podía sino decir que era un gigante, para justificar su importancia y no quedan como cobarde.
Otro es la Cabeza de Santa Rosa la cual tiende a espantar a los viajeros de la serranía al norte del pueblo, se dice que allí fue lanzada la réplica de la cabeza de Alí Gómez hermano del general Gómez, se piensa que el espíritu descabezado anda por allí buscando la cabeza, la personas piensan que la solución es encontrarla y devolverla al mausoleo de los Gómez.
También en el sector Sojo al sur del poblado se sabe de una aparición de una señora parada bajo una mata y diciendo al que ve pasar:
- Mi hija enterró algo aquí, aquí está enterrado algo...
Los vecinos dicen que es el espíritu de una señora que murió de tristeza cuando su hija tuvo un hijo a escondidas y lo dejo morir enterrándolo aun vivo pero que luego la conciencia hizo que se volviera demente impidiéndole al resto de la familia la localización del niño, pero que luego la señora al morir y enterándose en el más allá del lugar exacto, quiere que alguien desentierre al niño y lo bautice, pero los transeúntes no la comprenden y la han condenado a penar por mucho tiempo.
Fuente: http://guarenasguatireelnuevoestedecaracas.blogspot.com/2010/02/leyendas-guatirena-el-fantasma-de-la.html
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